MAMÁ NO QUIERO IR A LA ESCUELA !!!
Una de las etapas nunca faltante en la vida de cada niño es la educación, motivados por el deseo insistente de los padres de proporcionarles una formación adecuada que a largo plazo garantiza ver sus hijos ser personas preparadas para cumplir algún rol en el medio que se desenvuelven.
La idea parece perfecta hasta el momento que la ingenuidad, las ganas de jugar, los extraños y repentinos dolores de estomago o la no muy agradable agua fría de la mañana se apoderan de la escena dando paso a una reacción inmediata ´´MAMÁ NO QUIERO IR A LA ESCUELA´´.
Todos cuando niños en algún momento lo hemos dicho. Lo interesante es ver como ay cosas que cambian con el tiempo menos esta típica frase de los primeros años, esos en que nos visten igual que muchos y nos hacen acompañar de quien en ese momento es nuestra mejor amiga, la lonchera.
Asistir a clases es un gran proceso de adaptación en el que pasamos de ser el único centro de atención del lugar, a compartir de igual forma con los demás compañeros el tiempo que dispone la maestra, es una etapa donde se aprende el sentido de la responsabilidad, mientras que las asignaciones son cada vez más complicadas, todo esto se ve en una constante competencia con los atractivos dibujos animados y los últimos juguetes del mercado que hacen muchas veces de la escuela la opción menos agradable. Ni hablar del amor que se crea por la cama que es donde nuestras madres demuestran lo astutas que pueden ser para levantarnos, valiéndose de todo tipo de recursos; desde hacernos cosquillas hasta quitarnos las sabanas.
Es ese mismo tiempo de clases que muchas veces se niega el que crea con el tiempo en la niñez los deseos de querer saber más, llegada la adolescencia el interés de auto-superación, consolidando de la misma forma una adultez con bases solidas.
Ayer fue una negación, hoy al ver lo que somos gracias a la insistencia de mamá nos resta agradecer y reconocer que valió la pena estudiar.
